El último viernes se escucharon gritos de victoria, mediatizados por las redes sociales, debido a la censura de Santiváñez. Este tipo tuvo dos méritos incontrastables para asumir la dirección del Ministerio del Interior en el régimen Fuji-boluartista: 1. Ser abogado de policías acusados de corrupción y 2. Defender a capa y espada a Keiko en sus ansias de ser Presidente del Perú.
¿Es una victoria para el pueblo la censura de Santiváñez o es una manera, maquiavélicamente orquestada, para calmar la creciente indignación social?
El exministro se retira, llevándose casi 1900 almas de peruanos trabajadores, padres y madres de familia, estudiantes de colegio, universitarios, emprendedores, ambulantes, micro y pequeños empresarios, etc. A pesar de ser acusado de cobrar más de 75 mil soles para negociar con el Tribunal Constitucional favores a policías corruptos, fue homenajeado pomposamente por el cuerpo policial y el propio Mininter por su salida por la puerta falsa de esa cartera. No solo ello, además mencionó desafiante “Nos vemos en el 2026”, dando a entender que se presentará en las próximas elecciones generales para aspirar a algún cargo en disputa.
La marcha convocada para el 21 de marzo, este último viernes, fue multitudinaria, registrada por todo tipo de prensa (desde la hegemónica hasta la de TikTok); se presentaron algunos cantantes y actores completamente resguardados, fueron para la foto y desparecieron. Los colectivos de jóvenes progresistas y liberales no faltaron, incluyendo batucadas y dramatizaciones; es decir, estuvo desde el Guasón conero hasta famosos del YouTube en las calles. Fue una marcha multicolor, los partidos electoreros no podían faltar, también hubo un sector del pueblo harto y cansado en algunos fragmentos de los más de 10 mil asistentes. Lo que presenciamos en sí, fue un carnaval, un pasacalle, una festividad pacífica. Pareciera que la dominación mental ha calado tanto que ahora intervienen hasta en las formas de protesta; como dicen “disidencia controlada”.
Santiváñez preparó elementos para suplirlo en caso suceda su expulsión. Uno de estos personajes es el actual y flamante Ministro del Interior, José Díaz Zulueta. Su prontuario, como buen ahijado del exministro, es el siguiente: General PNP dado de baja en el 2020 por corrupción, blindado por Dina y colocado como viceministro de Seguridad Pública 2024, apadrinado por la gestión de Santiváñez, obligándonos a pagarle 80 mil soles a sus abogados, ha recorrido diversos partidos políticos buscando cuota de poder, desde el Partido Morado hasta el partido de Acuña, Alianza para el Progreso; ha sido premiado por la revista vinculada a Chibolín, VIP Diplomática, y, para rematar, tiene 3 demanda por alimentos. No cabe duda; este es el perfil de efectivos que a Santiváñez le gusta defender.
No será una victoria para el pueblo la salida de ningún ministro, congresista o magistrado, si es que no hay una restructuración total del Estado; en otros términos, mientras no REFUNDEMOS el PERÚ, todo irá peor para nosotros. Ya estamos avisados, queda en nuestras manos. No escapemos de nuestro compromiso histórico; parafraseando a Vallejo: Ha llegado el día, dale vuelta a tu brazo, ponte el alma; tenemos, hermanos, muchísimos por hacer.