Cada vez son más jóvenes capacitados y educados que se van del país en busca de mejores oportunidades laborales, académicas y personales. Lo alarmante es
que la mayoría ya no regresa.
Pérdida de capital humano calificado
Nuestro país invierte cierto porcentaje del presupuesto en educación y formación, por ejemplo en las universidades públicas, en becas, infraestructura educativa, etc. Una vez que están formados, nuestros profesionales deciden emigrar por distintos factores y cuando no regresan, es ahí, cuando nuestro país pierde no solo el retorno de esa inversión sino la productividad futura, ya que el talento de nuestros jóvenes serán utilizados en beneficio de otros países.
Impacto en el desarrollo económico
Nuestro país tiene una economía altamente extractiva en recursos naturales y la falta de talento especializado dificulta la diversificación hacia sectores con mayor valor agregado, como la biotecnología o la manufactura avanzada.
Al perder nuestros talentos, nos vemos obligados a contratar consultores internacionales o importar tecnología y conocimientos a costos elevados y esto, a su vez, limita los recursos del gobierno para reinvertir en infraestructuras, educación y salud.
El actual gobierno junto a sus ministros y el famoso Velarde dicen que hay crecimiento económico y que la moneda «el sol» es la más estable de América Latina, entonces ¡por qué se van!
Causas profundas: más allá del salario
Los bajos salarios, el empleo informal, la inexistencia de condiciones para el desarrollo científico y profesional son solo una parte del problema. Los jóvenes señalan varias causas, pero el factor decisivo de su partida es que no ven futuro en el Perú por la corrupción, la inseguridad ciudadana, la inestabilidad política y social, muchos jóvenes ven pocas esperanzas de mejorar su calidad de vida en el Perú.
El reto de retener y recuperar talentos
La fuga de talentos no es solo un síntoma, sino también una consecuencia de los desafíos urgentes a resolver con reformas en gobernanza, salud, empleo y en educación.
No debemos admitir solo 0,12% del Producto Bruto Interno (PBI) en investigación y desarrollo, porque está muy bajo en relación con otros países de la región como Brasil y Chile. Además, es crucial tener políticas que incentiven el retorno o la conexión con los talentos emigrados.
El país tiene la tarea titánica de ofrecer a las nuevas generaciones razones de peso para quedarse y contribuir a construir un futuro en nuestro país.
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Por: Yhury Urquizo Matos
Con una elite gobernante de carácter parasitario, es imposible que tengamos una política de estado para generar desarrollo de la industria, la que daría valor agregado a muestras materias primas y en consecuencia mejor empleo para nuestros jovenes egresados de las universidades. En conclusión estamos condenados a seguir siendo primario exportadores y a seguir perdiendo nuestro talento humano.
No lamentaría este hecho. Eso de ninguna manera justifica o trata de apoyar al estado calamitoso, de podredumbre y de desorden de la nación peruana, pero según información oficial del INEI (publicada en el semanario Hildebrandt) de los 600 mil peruanos que residen en el extranjero, solo el 8% son «profesionales, científicos e intelectuales»; los «técnicos y profesionales de nivel medio» representan el 4%…lo demás no lo es. La «fuga de talentos como tal es puro nombre» según la socióloga Ivonne Valencia UNMSM. Ahora bien; desde mi realidad provinciana que conozco a detalle, el ámbito «profesional e intelectual de mi zona no presenta o no reconoce algún intelectual o científico que haga alguna diferencia a la mediocridad existente o a su deficiencia. Pese a existir diversos centros de estudios de educación superior; estos no producen o generan ciencia, menos tecnología o al menos algún ingenio que sirva o haya servido a la comunidad en general; solo reproducen o repiten información de segunda mano obtenida en otros lugares. Que se vayan o se queden, no hace ninguna diferencia, a fin de cuentas, la educación peruana es una estafa más e las instituciones estatales, por lo mismo su producto no es tan valioso.